El lunes tras la chupa de agua que nos cayó en la casa de campo, toco descansar y vino muy bien tras una semana algo cansado.
El martes tenía que hacer una hora veinte minutos de carrera continua, pero por despiste, solo corrí una hora diez minutillos, para correr una distancia de 13 km.
Esa misma distancia hice el miércoles aunque en esta ocasión el entrenamiento era con cambios de ritmo. Tras el calentamiento, seis series de un minuto rápido y tres lentos.
El jueves de nuevo descanso.
El viernes tocaron cuestas, que decidí hacer en la cuesta del cementerio municipal, así ante cualquier incidente en mi corazón, me cogía cerca. Ja ja ja.
Pues tras los cinco kilómetros de calentamiento, justo llegué al tanatorio, que es donde empieza la cuestecita del cementerio. Cuesta de unos doscientos metros aproximadamente y una inclinación bastante pronunciada.
Repetí la subida diez veces sin detenerme, subía rápido y bajaba trotando. Para terminar quince minutos soltando hacia casa.
Doce kilómetros recorridos y un entrenamiento bastante bueno para fortalecer piernas.
Hoy ha tocado la tirada larga y hemos salido Rebeca y yo a eso de las doce.
Hemos corrido durante una hora cuarenta minutos y 19 kilómetros recorridos, todos ellos por el pueblo, ya que están los caminos en muy malas condiciones de barro y agua.
Mañana si la tormenta denominada "ciclo génesis explosiva" nos lo permite (Solo el nombre da miedo) correremos como cada domingo en la casa de campo.
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