domingo, 26 de septiembre de 2010

CAMINO DE SANTIAGO 2.010

El siete de septiembre tenía decidido hacer por cuarta vez el camino de Santiago.
En esta ocasión había decidido realizar el camino Portugués.  A las cinco de la mañana me puse en pie para partir desde San Ciprian a Santiago, donde dejaría el coche aparcado hasta el sábado que esperaba llegar caminando a la ciudad.
Lo dejé aparcado cerca de la estación de autobuses, para coger uno de ellos dirección Vigo, donde había que tomar otro en dirección a Tui o Valença do Miño.

Este año me acompañaría mi niña y me alegraba muchisimo poder compartir con ella todos esos lugares que tanto me gustan y le describo continuamente.


La llegada a Valença fue un poca caótica, debido a que tuvimos que cojer varios autobuses, y en uno de ellos nos pasamos de pueblo, motivo por el que nuestro viaje comenzó muy tarde.
Nada mas llegar  a la frontera con Portugal, sellamos la credencial y comenzó nuestra aventura.

Cruzamos el rio Miño y ya se podía apreciar que el día iba a ser muy poco favorable, debido al fuerte viento y a que amenazaba una gran tormenta. La cual, tardó en llegar a penas unos minutos  tras nuestra entrada en Tuy. La lluvia era fortísima y en apenas unos minutos, las calles del pueblo se convirtieron en pequeños rios, que empapaban nuestros equipajes, ropa y sobre todo los pies. Lo cierto es que sólo tenía miedo por Rebeca, porque su experiencia comenzaba en las peores condiciones y no quería que se desilusionara con nuestra aventura, lo que es a mí me daba igual, cómo si caían chuzos de punta, porque en esos instantes me sentía el hombre más feliz y afortunado del mundo.
Para que me entiendan, yo, me considero agnóstico, pero el año pasado tras la peor experiencia de mi vida, decidí irme sólo a recorrer el camino de la plata. Y la verdad no sé si habrá algo arriba que nos guíe pero yo allí, sólo, a través de las montañas, recorriendo los senderos, con tanto tiempo para pensar sobre mi vida, sobre las acciones realizadas,sobre los errores cometidos, recapacité y mucho sobre las cosas que merecen y dan sentido a nuestra vida, encontré mi camino perdido, encontré los motivos por los que deseaba vivir y por las cosas que quería luchar por recuperar, en esos momentos no sabía si podría conseguirlo pero sabía que tesón no me faltaría. Entonces clamaba al cielo por lo ciegos que estamos en muchos momentos de la vida, en lo poco que apreciamos lo que tenemos, y no nos damos cuenta hasta que lo perdemos y supe que sólo necesitaba una cosa para ser feliz, tener a mi familia a mi lado, viviría para y por mis hijas y sobretodo para mi más preciado tesoro, mi mujer, un angel caido del cielo para cuidarme y guiarme, sabía que no necesitaba nada más en la vida para ser feliz, todo lo demás es superfluo y no hay nada más gratificante y simple, y que me sumerja en la  felicidad más plena, que él despertarme abrazado a su piel y recibir la ternura de sus besos.

Perdonar mi charlón, os sigo contando que se me vá el santo al cielo y empiezo a divagar en mis pensamientos.
Una vez llegamos a la Catedral, sellamos en su interior y después en el albergue de peregrinos.

Salimos de Tui entre lluvia y barro hacia Porriño. Muy pronto llegamos al puente de San Telmo, donde dicen que enfermó y murió en el año 1251. En seguida llegamos a Porriño donde sorprenden sus edificios, algunos de ellos construidos por Antonio Palacios (arquitecto del palacio de telecomunicaciones de Madrid).   Nada mas cruzar el rio llegamos al albergue de peregrinos, un edificio con pocos años y en muy buen estado. A nuestra llegada estaba casi lleno y nos tocó dormir en las literas de arriba. Esa noche mi chica no pudo dormir bien, ya que varias personas muy mal educadas estuvieron colocando las cosas  y haciendo ruido cuando estabamos durmiendo.              
Al día siguiente partimos hacia Pontevedra, pasando por diferentes pueblos. El primero fue Mos, donde dormí  en 2007 con mis dos amigos Alvaro y María Jose, realizando este mismo camino.
El segundo que cruzamos fue Redondela entre lluvia y una gran humedad.
Nos dirigiamos hacia Arcade, donde estabamos deseando llegar para comer ostras y un buen albariño, como la última vez que pasé por alli. Pero al final no fue asi.
Yo, tenía muchas ganas de cuchara, y entramos en un asador donde comimos genial. Nos pusieron de primero una cacerola de Fabada , de la que pudimos comer todo lo que quisimos y de segundo una fuente de metal repleta de  pavo estofado con patatas asadas, que no fuimos capaces de comernos en su totalidad, para terminar con un enorme flan de huevo casero y un café por el módico precio de 8 euros, igualito que en Madrid.

Al salir de Arcade  volvimos al camino en dirección Puente de Sanpaio, precioso lugar, donde tuvo lugar una importantisima batalla en la guerra de la independencia.  Nada mas pasar el puente había un enorme y bello orreo conservado perfectamente donde nos hicimos alguna fotillo  .Continuamos en dirección a Pontevedra, aunque antes teniamos que pasar por un espectacular y frondoso bosque, de hecho, una de las partes más duras del camino, debido a su gran pendiente, la caunicova.  Es una antigua calzada romana, donde se pueden observar la marca de las ruedas de los carros.
 Llegamos a Pontevedra callendo chuzos de punta y  sin darnos cuenta nos pasamos el desvio del albergue, por lo que regalamos un par de kilómetros de más a nuestros cansados pies.
El albergue de Pontevedra era impresionante con capacidad para sesenta personas, con unas instalaciones buenísimas y muy cuidadas por una familia muy agradable.

Por la mañana  salimos en dirección Caldas de Rei, donde estaba deseando llevar a mi chica a comer a un antiguo molino donde comimos genial la última vez que estuve con mis amigos, apenas nos quedaban ya sesenta y cinco kilometros para nuestra llegada a Santiago.

Cruzamos varios bosques de ensueño, impresionantes tanto sus caminos como sus paisajes, con fuentes naturales y arroyos  con aguas cristalinas.
Llegamos a Caldas muy pronto, ya que fuimos dándole caña ansiosos por el chuletón que nos comeriamos  a eso de las dos de la tarde, por no hablar de los pimientos del padrón y patatas gallegas, claro está que acompañado por una buena botella de  albariño.
En Caldas había decidido dormir en un Hotel asi tendríamos algo de intimidad por lo menos una noche, para poder estar sólo en compañía de mi niña.

Tras una reparadora ducha y cambio de ropa, salimos en dirección a la fuente termal, por la que sale el agua a mas de 50 grados   y según cuentan tienen  muchisimas cualidades curativas, si tienes huevos a meter los pies, claro está.
Yo si matuve durante un buen rato los pies sumerjidos en el agua, pero Rebeca no fue capaz nada mas que de meterlos y sacarlos, la verdad es  que estaba para pelar pollos, ja ja ja.



El pueblo nos gustó muchisimo tanto sus edificios, como sus calles,  el rio y por supuesto sus restaurantes.
A nuestra llegada al molino (se ven muchas partes que demuestran que lo fue en la antiguedad) no habia mucha gente, pero enseguida se llenó  y muchos de los peregrinos que llegaban después no pudieron disfrutar de su estupenda comida.
Pedimos de entrada unos berberechos y una botellita de albariño  mientras esperabamos  al chuletón de kilo doscientos que nos ofreció  la camarera.
Después la chica me ofrecio queso con membrillo casero y me trajo un plato, que mas que un postre parecía un primer plato.

Después de esta gran comida, nos retiramos al Hotel a descansar y  echarnos una gratificante siestecita, para por la tarde pasear por el pueblo  y conocer sus calles .

Por la mañana salimos a eso de las ocho en dirección  a Padrón.
Esta parte del camino tambien pasa bosques de paisajes alucinantes.

A la llegada a Padrón nos econtramos con una estatua de una Pimenteira, colocando sus pimientos en bolsas para  posteriormente, venderlas y otra de Camilo Jose Cela, nacido en esta localidad.



En Padrón habiamos decidido que ibamos a comer y continuariamos hasta el albergue de Teo, ya muy cerquita de Santiago.
 Entramos en una pulperia a tomarnos una cervecita y probamos su especialidad,  el pulpo. Estaba tan bueno que decidimos volver  a la hora de comer. En ella paraban muchisimos famosos, ya que estaba llena de fotos del dueño con infinidad de personajes publicos.
Después fuimos a conocer el albergue y nos sorpendió muchisimo, estaba colocado en un alto, donde había una preciosa  iglesia y  un fabuloso albergue.
Alli saludamos a nuestros compañeros de viaje y  les comunicamos que nosotros continuariamos hasta el siguiente albergue, para dejarnos pocos kilometros para el último día.
Llegamos al albergue de Teo acompañados por una peregrina  que conocimos en el camino, aunque ella continuó hasta Santiago, apesar de que ya se acercaba la noche.

Por la mañana salimos antes que ningún día a eso de las siete de la mañana, ya que tan solo nos quedaban 12 kilometros para llegar  y queriamos llegar antes de las doce  para escuchar la misa del peregrino, como marca la tradición.

Asi que a las nueve y media aproximadamente estabamos entrando en Santiago mi chica y yo cumpliendo mi  deseo más ansiado. Deseo, que temí no poder conseguir jamas porque durante un breve tiempo de mi vida, realizé oposiciones para lograr no tener oportunidad alguna para que se me cumpliera, tiempo que deseo olvidar en todos los sentidos.
Gracias mi amor por acompañarme, gracias mi amor por regalarme tu compañía, tus pensamientos y sobretodo por regalarme el amor más puro e incondicional que existe y por el que te estaré eternamente agradecido, sobretodo por hacerme el hombre más afortunado del mundo al quererlo compartir conmigo.

Mi vida, lo eres todo para mí. Déjame ser tu compañero de viaje el resto de tu vida. Te quiero con locura