lunes, 21 de febrero de 2011

LA CAZA DEL CORZO.

Hace un par de años cazando con mi tío tuve la oportunidad de ver a menos de cien metros una pareja de corzos jugueteando en un pastizal.
 Estábamos esperando abatir un venado de los grandes, así que mio tío no me dejó dispararlos.

Fue impresionante tener la suerte de meterlos en el visor del rifle, ya que se les conoce como los duendes del bosque, debido a que son muy esquivos y desconfiados.

Hoy viene un reportaje del corzo  en la pagina de Alvarez.


"Presentación


El “duende del bosque”, con este simpático apodo se conoce a una de las especies de mayor tradición cinegética de cuantas habitan en nuestro país: el Corzo.

A pesar su reducido tamaño, el corzo es uno de los trofeos más exitosos y deseados por cualquier cazador.

Características físicas

Dentro de la familia de los “Cérvidos”, a la que pertenece, el corzo es la especie de menor tamaño de las que habitan en nuestro país, a pesar de ser una de las más numerosas.

Su peso no suele sobrepasar los 30 kilos en los machos ni los 25 en el caso de las hembras; mientras que su altura en la cruz no va más allá de los 75 cm.

Animal de extraordinaria belleza, cuenta con un pelaje leonado en verano, que se torna pardo grisáceo con el invierno. Su hocico es negro, lo que le hace destacar enormemente sobre sus labios y babero blancos.

Existe muy poca diferencia entre un corzo macho y una hembra, marcada únicamente por el hecho de que estos primeros cuentan con una cuerna pequeña, de tres puntas, que renuevan cada año. Así le caerá durante el mes de octubre, para volver a salir (envuelto en una especie de terciopelo denominado correal), durante enero o máximo febrero. A los cinco años de vida puede haber tres o incluso cuatro candiles en cada cuerno y es entonces cuando puede decirse que el ejemplar es verdaderamente adulto.

En cuanto a la época de celo, se desarrolla en los meses de julio y agosto y las crías (de 1 a 3), nacerán en mayo o junio, permaneciendo junto a la madre hasta el nacimiento de las siguientes. En algunas zonas de nuestro país, esta época de celo se denomina “ladra”, nombre que adopta a causa del ladrido similar al de un perro que emiten los machos.

ALIMENTACIÓN

El corzo es un animal herbívoro rumiante bastante selectivo, ramoneador y buscador de herbáceas.
Cuida mucho su alimentación, por lo que selecciona únicamente aquella materia vegetal que le ofrezca un alto poder nutritivo junto con un bajo contenido en fibras.

Puede llegar a comer entre 3 y 4 kilos de materia verde en un mismo día.


HABITAT

Podemos localizar al corzo en prácticamente cualquier zona de nuestro país, a excepción de los lugares costeros del este.

Efectivamente, se trata de una especie que destaca por su extraordinaria adaptabilidad a cualquier tipo de medio, con tal de que éste le ofrezca protección, alimento y agua.
Sus características físicas (pequeño tamaño y escasa cornamenta), lo llevan a preferir áreas boscosas, a las que se adaptan a la perfección. Bosques densos y llanuras tupidas son sus preferidos.


Según la zona de España, deberemos buscarlo en un tipo de vegetación u otro:


Pirineos: matorral subalpino.
Cordillera Cantábrica: robledales y hayedos.
Sistema Central: robledales, bezales y pinares silvestres.
Mitad sur: encinares, alcornocales y quejigares.


Debido a su alimentación , habita en zonas que le ofrecen una buena diversidad botánica, con lugares de densa vegetación, que además de comida, le suministren un buen refugio en caso de necesitarlo.
La constante reducción de las zonas boscosas ha provocado que en las últimas décadas el corzo haya tenido la necesidad de colonizar zonas de cultivos.
COSTUMBRES
El corzo es un animal gregario, que forma pequeños núcleos familiares compuestos por el macho, la hembra y las crías del año; únicamente los machos más viejos habitan en solitario.


Los machos delimitan su territorio mediante la secreción de las glándulas frontales, anales y también por medio de la orina. Este territorio se solapa al menos con el de una hembra, cubriendo a aquellas que entran en el mismo.

Destaca también por sus hábitos nocturnos, puesto que es únicamente con la oscuridad cuando el corzo sale a los pastos para alimentarse; pasando el día encamado o rumiando todo el alimento obtenido durante la noche.
Es de costumbres rutinarias, por lo que podremos verle recorrer los mismos caminos y acudir a los mismos abrevaderos y comederos todos los días a las mismas hora.

CAZA

Sin lugar a dudas la forma más deportiva de cazar el corzo es al Rececho, si bien también se practica la caza en Batida y la Montería.
El corzo es conocido entre los cazadores con el sobrenombre de “Tragabalas”, lo cual explica claramente cómo se comporta esta especie y lo que supone para los cazadores: es tan rápido y tan inquieto que resulta sumamente difícil poder abatirle, por lo que en la gran mayoría de los casos las balas acaban perdidas en la vegetación.
El corzo comenzará su enérgico movimiento en el momento mismo en el que perciba cualquier mínimo peligro. Para ello cuenta con una vista y un oído perfectamente desarrollados, que le permiten escuchar el más mínimo rumor y apreciar el más pequeño movimiento. Esta veloz posibilidad de reacción hace que resulte prácticamente imposible tenerlo a tiro.
Si practicamos su caza en BATIDA deberemos tener claro que lo más dificultoso será el momento del disparo, puesto que el corzo corre en zig-zag y da grandes saltos; lo que también dificulta enormemente la posibilidad de apreciar la calidad del trofeo.


Punto importante a tratar es la Munición más adecuada para la caza de esta especie; una de las cuestiones más importantes que se le plantean a cualquier cazador. Sin lugar a dudas en el mercado encontraremos multitud de diferentes ofertas ¿cómo saber cual es la más adecuada en este caso?
Decir primeramente que cada vez más cazadores se decantan por comprar un rifle que utilizan única y exclusivamente para la caza del corzo. Si ese es su caso, le animamos a decantarse por calibres de 5,6 a 6,5 milímetros, con proyectiles ligeros; los cuales resultan muy adecuados para esta caza.
En primer lugar debemos saber que los cartuchos pequeños permiten la construcción de armas ligeras y manejables (lo cual siempre es de agradecer). Además, como es bien sabido, el retroceso se incrementa al aumentar el peso del proyectil; por lo que los pequeños calibres siempre nos reportarán la ventaja de no producir apenas retroceso. Debe saber que está demostrado que, con cartuchos que provocan poco retroceso, se puede disparar de manera más constante y precisa. Además, la precisión de los calibres pequeños es muy elevada.

Otra innegable ventaja la encontramos en la favorable balística externa. Lo que, unido a las velocidades de salida del proyectil y a la velocidad de giro del mismo, consigue una trayectoria muy tensa, lo que nos ofrece la posibilidad de alcanzar grandes distancias sin necesidad de efectuar cálculos de trayectoria, cuando se dispara más allá de 100 metros. Ventajas todas ellas sumamente estimables en la caza del corzo.

Pero además de éstos, existen en el mercado otros cartuchos con proyectiles de mayor diámetro, que también puedan utilizarse en esta caza."



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