martes, 19 de octubre de 2010

FIN DE SEMANA DE PESCA Y CAZA

Este fin de semana  se abría la veda de caza en toda España, y yo, como todos los años,  marché hacia Extremadura para disfrutar de ella.

En esta ocasión he ido acompañado tan solo de mi madre y de mi perra , fiel  compañera en estas jornadas de caza y la que me hace disfrutar de sus muestras cuando le da en el olfato alguna pieza.











El viernes llegue a eso  de las nueve de la noche y baje a cenar al restaurante de un conocido, donde vería el partido de la selección  española.

Mientras me bebía  un buen vinito, charlamos de las novedades de la obra  que está haciendo  para construir un nuevo restaurante-asador donde podremos disfrutar de su especialidad, el cochinillo en horno de leña.

Mas tarde me fui a la discoteca a tomarme unos cubatillas y fue ahi donde me junte con antiguos amigos y familiares hasta altas horas de la noche y por tanto, acostándome un poquito perjudicado.

A la mañana siguiente tocaba terminar de pintar en casa de mi madre y mi cuerpo no estaba para muchos trotes debido seguramente al hielo y al limón. 
Al final del día el trabajo estaba hecho, asi que a la mañana siguiente podría ir al embalse de orellana a   pescar.

El lugar elegido fue la presa, un precioso lugar donde he sacado muchos lucios bastante grandes. Es uno de los sitios donde más me gusta estar, ya que me relaja muchísimo y me ayuda a pensar.
El domingo no se dió bien, ya que tan solo saqué uno de poco mas de dos kilos, que fue devuelto al agua, nada mas cogerlo.
El lunes tambien decidi ir al mismo embalse e intentar de nuevo  sacar algun lucio mas  grande.
A primera hora pico uno pequeñito y fue devuelto al agua de inmediato, pero  a última hora de la mañana, el pez que picó ya era de un tamaño mas considerable  y me tuvo entretenido un buen rato. El animal estuvo peleando para  no salir del agua, cosa que como podeis ver no consiguió .

Aunque es bastante grande,  puedo asegurar que los he sacado en ese mismo lugar algo  mayores.
Cuando di por terminada mi jornada de pesca, sali hacie mi pueblo, ya que habiamos quedado para comer en la casa del campo.
Alli  estuve viendo las nuevas adquisiciones  de mi tio, un borreguillo que había nacido hacia  apenas  dos semanas.

También habia dos crias de  paloma y un nido con dos huevos, dos perrillos nuevos, bastantes gallinas y algun que otro pollito.


A la mañana siguiente a las ocho de la mañana baje hacia el Bar la Parrilla, donde solemos quedar los cazadores a desayunar el plato típico, migas extremeñas.
Aunque son un poco fuertes cuando no se está acostubrado, me comi un buen plato de migas con sus pimientos fritos y unos ajitos tambien doraditos. En esta ocasión me sentaron a gloria y no me dieron ardores como en otras ocasiones.


Después de este buen desayuno salimos hacia la casa  a recoger a los perros de mi  tio y alli empezamos la jornada de caza.
Este año según cuentan hay muy pocas liebres ya que han criado mal.
Tras caminar durante mas de dos horas sin haber visto nada, mi perra se quedó quieta mirando hacia unas ramas, avisandome de la presencia de algún animal. Antes de que me diera cuenta, se arrancó una liebre enorme   y Shira salió corriendo detrás de ella, ladrando para avisarme. Tras disparar los tres tiros de mi repetidora, la liebre continuó su carrera, supongo que sin ningún arañazo, y la consiguiente cara de Gili, del cazador que aún tiene el pulso alto por la subida de adrenalina.

Continuamos mucho mas animados, ya que cuando ves que hay caza, uno va mucho mas contento y convencido de conseguir alguna pieza.

Asi continuamos  por  barbechos, rastrojos y tierras de cultivo, en busca de ver una nueva "Rabona".
Pero al cruzar un rastrojo, mi perra volvió a quedarse quieta y  sin tiempo a nada, una nueva liebre estaba corriendo delante de mi.  Aunque en esta ocasión tuvo peor suerte, ya que en el segundo tiro  acerté   y la herí de muerte para que  mi perra  la cogiera.

Con la alegria de haber acertado, le quité a Shira la pieza y la guardé en el chaleco para posteriormente proceder a cocinarla con arroz, como es tradición  en estas fechas.
Es mi plato preferido en el campo, acompañada de un buen vino de pitarra del que fabrican mis tios  en la casilla de mi fallecido tio Serafín, que era el campeón de todos los cazadores  de liebres de mi pueblo.
A él le debo mi aficción a la caza y por desgracia haber heredado su escopeta tras su desgraciado accidente de tráfico.

 Esta liebre y todas las que mate  te las dedico a ti Astronauta.

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