VIA VERDE DEL TAJUÑA Y VIA VERDE DEL TREN DE LOS CUARENTA DIAS

El sábado 30 de julio, Rebeca y yo nos hemos levantado a las siete de la mañana, para desayunar bien  y preparar las bicicletas para intentar hacer una tirada algo más larga de lo habitual.

Habíamos decidido hacer la vía verde desde Morata de Tajuña hasta Carabaña, donde sale la vía verde de "El tren de los 40 días", tras recorrer sus trece kilómetros y medio, volveríamos por el mismo sitio y otra vez en Carabaña, continuar hasta Ambite.  Tras desayunar en la antigua estación de tren, hay que volver  a Morata  para coger el coche.

A las oche y diez ya estábamos puestos en marcha,  y los primeros kilómetros fueron pasando con algo de fresquito. 

Nos sorprende cada  día la cantidad de conejos que se ven a primera hora de la mañana, y a mi me encanta ver la cantidad de pajarillos que hay: jilgueros, verderones, verdecillos, etc...

Llegamos a Carabaña, donde la vía se divide en dos, una dirección a Ambite y otra a Estremera, por la vía del Tren de los 40 días.
Cogimos por primera vez el desvío a Estremera, que nos llevaría por unos paisajes muy bonitos a este pueblo.
Nada mas empezar nuestro camino por este nuevo recorrido,  hemos conocido a un señor de unos cincuenta y cinco años que estaba haciendo la ruta y  nos  ha contado alguna historia de sus experiencias, un tipo muy simpático y agradable. Nos hemos despedido de él en Estremera, ya que el se ha quedado en Brea de Tajo y nosotros hemos vuelto por el mismo camino.

Una vez que hemos llegado de nuevo a la vía verde del Tajuña, Rebeca se  a colocado en cabeza y me ha costado seguir su ritmo, cada día va mejor con la bici, tanto en subida como llaneando.

una fotito del día 25 de julio de mi chica.

Una vez en Ambite, nos hemos comido un merecido bocata de tortilla francesa con  unas rodajas de tomate natural y un par de Aquarius, para finalizar un café con leche y vuelta para Morata.

La vuelta le hemos hecho mejor de lo que yo creía, ya que el cansancio se iba notando, pero hemos ido a muy buen ritmo, a pesar del calor y del porrón de kilómetros en las piernas.

Los dos hemos terminado muy contentos.